Deportivas

Felipe Contepomi
(Acuarela)
Jugué una buena parte de mi vida al rugby, pero ahora, a mis 32, ya son más los años que llevo sin jugar que los que estuve en actividad. Este deporte, para quienes no lo aprecian, es una forma de vida y te enseña a compartir, a respetar y a levantarte después de una caída -que puede ser en la vida o en la cancha. Entrar al campo de juego defendiendo los colores de tu club es algo que te pone la piel de gallina y te emociona. Mi club es Cha Roga,  que en guarani significa "mi casa".
Para pecar un poquito de soberbio, en 1994 tuve el honor de estar en la casa del ex capitán de los Pumas: Pablo Arturo Garretón. Él se encontraba haciendo la residencia en el Hospital Italiano de Buenos Aires y tuvo la deferencia de recibirme en su  provisorio dpto. de Palermo. Pude conocer a Dolores, su mujer, y a Dolores hija. No lo podía creer, era hablar con alguien que estaba en los posters de mi cuarto. Me recibió con mucha calidez y, para mi asombro, me entregó un bolso lleno de indumentaria de rugby: camisetas, botines Adidas, remeras, pantalones y zapatillas. Luego, con el correr de los años, dejamos de tener contacto, pero hace un tiempo lo volví a ver en Paraná y fue una alegría enorme reencontrarnos. Bueno, para ir resumiendo, en estos días subiré una lámina de Garretón, por ahora les dejo otra de Felipe Contepomi, que -al igual que Pablo- es una excelente persona y jugador.



Otro gran jugador de rugby, y excelente persona, es Jorge Allen, ex capitán de Los Pumas (1988-1989). Poseedor de un mortífero tackle y un espíritu incansable, "Georgi",  fue un lider natural dentro de la cancha, y los rivales retrocedían ante sus embates defensivos. Memorables batallas ante los All Blacks -debió salir de la cancha de tanto tacklear- y ante los Franceses, ratificaron a Jorge como uno de los mejores Pumas de la historia del rugby argentino.  Conformó junto Garretón una dupla de alas que fue artífice de un empate y un triunfo ante Los Wallabies Australianos en 1987. Georgi tenía 30 años, y la tarde del triunfo corrió como si fuese un adolescente; Garretón tenía 20 años y jugó con una madurez y una valentía que asombraron a ex Pumas y a periodistas en general. Por todo lo que ha brindado al rugby argentino, esta pintura es una especie de pequeño homenaje. Ah! un dato más, Garretón -en 1991- alcanzó la capitanía como antes  lo hizo su ídolo, el gran "Georgi" Allen.



Marcelo Loffreda fue el técnico de Los Pumas desde el 2001 hasta el 2007. Bajo su conducción, el seleccionado argentino logró el tercer puesto en el mundial de Francia 2007. Su ciclo tuvo una continuidad como pocas veces se vió en la historia de nuestro rugby, y el fruto de tantos años de trabajo y sacrificio quedó plasmado en el logro humano y deportivo de su etapa como entrenador. Formado en SIC (San Isidro Club), intergró una histórica pareja de centros con Rafa Madero, aunque también  jugaron a su lado el "Chino" Turnes y Diego Cuesta Silva. Con apenas 19 años se recibió de Puma en la gira de 1978 por Inglaterra  En ataque intentaba ganar la línea de ventaja con fuerza y determinación; en defensa era  impasable y los jugadores rivales retrocedían unos cuantos metros por su poderoso tackle. Además, en ocasiones se desempeñó como pateador con una gran efectividad: un ejemplo es el partido SIC vs. Francia, en donde marcó 18 puntos con el pie. En sus casi 19 años de Puma no le quedó potencia rugbística por enfrentar (y vencer), pero, paradójicamente, nunca pudo jugar un Mundial (logrando un histórico tercer puesto como entrenador!). El Tano es uno de los Rugbiers más respetados y queridos de la Argentina. 



Aquí estoy con el mejor jugador de rugby de Argentina de todos los tiempos, el señor Hugo Porta. Le entregué una ilustración en la fiesta de los premios Leyendas del Rugby 2008, realizada en el Sheraton de Retiro. 
Capitán de Los Pumas durante 18 años, elegido el mejor jugador del mundo en 1985 por la revista Midi Olympique y, finalmente, embajador en Sudáfrica durante la gestión de Carlos Menem, Porta ha sido -quitando el alcance mediático de Pichot- el jugador más emblemático del rugby argentino. En una época donde sólo existían los periódicos y esporádicas televisaciones de test matches -es bueno recordar que no había internet, ni diarios digitales, ni páginas web- Hugo tuvo gran notoriedad en distintas partes del mundo. En Sudáfrica, por ejemplo, donde el deporte nacional  es el Rugby, fue más conocido que Maradona, llegando a ser casi un ídolo nacional. Varias generaciones de sudafricanos bautizaron a sus hijos con el nombre de Hugo, caballos de carreras eran llamados Porta, y hasta su apellido se convirtió en un apodo para cualquier apertura que mostrara habilidades similares a ese argentino, que dentro de un campo hacía posible lo imposible. Sin dudas Hugo es una Leyenda del Rugby Mundial  e integra el Hall de la Fama en Inglaterra.